"El suicidio es un horrible pecado.
Las almas de aquellos que se suicidaron
se ven obligadas a repetir sus dolorosas
muertes cada día ", dice
un fragmento del filme. En cuanto a aquellos
que han traspasado la muerte y han vuelto,
su castigo es vivir.
Joey (Qi Shu) se recupera de una sobredosis
de tranquilizantes después de que
se le haya practicado un lavado de estómago.
Estuvo muy cerca de la muerte y tuvo visiones
de muertos que le acompañaban durante
sus momentos más oscuros. Ahora se
le presenta una segunda oportunidad y promete
no volver a caer en la autodestrucción
ni regresar con Sam (Jesdaporn Pholdee),
su ex amante.
Pero justo cuando la chica pone todas sus
ilusiones en una vida nueva, descubre que
está embarazada. Confusa y desesperada,
intenta ponerse en contacto con Sam, pero
lo único que obtiene de él
son respuestas evasivas. La idea de un aborto
tortura a Joey, que se da cuenta de que
se está convirtiendo en una persona
desilusionada y emocionalmente inestable.
Con frecuencia, se siente amenazada por
la repentina presencia de extraños,
y también se siente acechada por
una misteriosa mujer (Eugenia Yuan). Dicha
mujer, incluso llega a confrontarse con
ella en una ocasión, estableciendo
contacto visual con ella en un andén
de la estación de trenes... justo
antes de precipitarse sobre un tren en marcha.
Joey queda sobrecogida al presenciar el
suicidio, para descubrir más tarde
que no se ha encontrado cadáver alguno
en las vías.
A pesar de que Joey cree tener una depresión
pre-parto, decide tener el bebé.
Confía en que el amor por su hijo
le proporcionará el soporte para
contrarrestar las adversidades.
Con todo, sus problemas no surgen de su
mente sino de su anterior intento de suicidio;
aquel momento crítico rodeada de
extraños fue sólo un preludio
de su nueva habilidad recién descubierta:
Joey es capaz de ver a los muertos.
La revelación de este don le sobreviene
de manera terrorífica cuando Joey
hace una visita al hospital y queda atrapada
en el ascensor junto a una mujer que está
de parto: Joey presencia el parto de un
mortinato más petrificante que haya
sufrido un fantasma.
Joey pide desesperadamente ayuda a un monje
budista que le revela una verdad escalofriante:
junto a cada mujer embarazada se encuentra
un espíritu esperando a la próxima
vida. Lo que Joey había presenciado
era en realidad un intento fallido de reencarnación
en el que el parto del mortinato fue sólo
una trágica coincidencia.
El monje le explica, además, que
la capacidad de ver a los muertos es una
habilidad innata, aunque degenerada, del
ser humano. En ocasiones, esta habilidad
se reactiva en casos extremos como las experiencias
cercanas a la muerte y los partos, durante
los cuales el instinto de supervivencia
es capaz de emplear cualquier recurso viable
para proteger el cuerpo.
Pero Joey no es capaz de vivir con la visión
de los coexistentes y el destino de su bebé
-¡el espíritu de la mujer que
se ha suicidado se convertirá en
su hijo!-. Si el Karma es la respuesta,
¿qué bien o mal podría
Joey haberle causado a esta desconocida?
O ¿en verdad ha sido así?
Joey está decidida a develar la identidad
de esta mujer misteriosa. Pero toda verdad
tiene un precio, y este es un precio muy
caro para Joey.
Ficha técnica
Hong Kong - 2004
Título original: Jian gui 2
Dirección: Oxide y Danny Pang
Productora: Peter Ho-Sun Chan, Lawrence
Cheng y Jojo Hui
Productor: Peter Ho-Sun Chan, Lawrence Cheng
y Jojo Hui
Guionista: Jojo Hui y Lawrence Cheng
Fotografía: Decha Srimantra
Dirección artística: Bruce
Yu
Montaje: Danny y Oxide Pang
Música: Payont Term Sit
Ficha artística
Qi Shu (Joey Cheng), Eugenia Yuan (Yuen
Chi-Kei),
Jesdaporn Pholdee (Sam), Philip Kwok (Monk).