Londres. Una fría medianoche invernal.
Sin un sólo taxi libre en el West
End, Kate enfila hacia el metro. Con un
puntillo de alegría etílica,
espera en un banco del andén, pero
acaba quedándose dormida... para
despertarse y darse cuenta que todo el mundo
ha desaparecido.
Presa del pánico, intenta salir
de la estación, pero todas las salidas
están cerradas. De pronto, un tren
llega a la estación y ella se monta
en él algo inquieta, ya que el vagón
está completamente vacío.
Su alivio ante lo que parece su regreso
seguro a casa se transforma en de nuevo
en alarma cuando el convoy se detiene en
mitad del túnel y su vagón
queda a oscuras.
Kate está a punto de enfrentarse
a una serie de sucesos terroríficos
que pondrán a prueba su resistencia
y su cordura hasta el límite. Y es
que Kate no está sola en aquel laberinto
de húmedos corredores y recovecos
oscuros. En la penumbra acecha un horror
inimaginable... algo que mora en un laboratorio
secreto... y que no está dispuesto
a dejar escapar a Kate.