Cuando la Primera Guerra Mundial se acerca
a su fin, para una joven francesa está
a punto de comenzar la más grande
de las batallas. Mathilde (Audrey Tautou)
ha recibido la noticia de que su prometido
Manech (Gaspard Ulliel) es uno de los cinco
soldados heridos que han sido sometidos
a consejo de guerra y enviados a la tierra
de nadie que hay entre los ejércitos
francés y alemán, es decir,
a una muerte casi segura.
Mathilde, que no está dispuesta
a perder a su querido Manech, se embarca
en un extraordinario viaje para descubrir
el destino de su prometido. A cada paso
recibe una descorazonadora versión
de cómo debe haber pasado Manech
esos últimos días. Aún
así, nunca se desanima.
Con una fe inquebrantable, reforzada por
la esperanza y una actitud tenazmente alegre,
Mathilde sigue su investigación hasta
el final, convenciendo a los que podrían
ayudarla e ignorando a los que no lo harán.
A medida que se acerca a su destino, se
ve más envuelta en los horrores de
la guerra y conoce las marcas indelebles
que deja en aquellos cuyas vidas ha tocado.
Ficha técnica
Francia - 2004
Título original: Un long dimanche
de fiançailles
Dirección: Jean-Pierre Jeunet
Productora:
Guionista: Jean-Pierre Jeunet y Guillaume
Laurant. Basado en la novela de Sebastien
Japrisot.
Fotografía: Bruno Delbonnel, A.F.C.
Montaje: Herve Schneid, A.C.E.
Música: Angelo Badalamenti
No pudo formar parte de la selección
oficial del Festival de Cine de Cannes porque
ya había sido estrenada fuera de
su país.
Fue candidata al Globo de Oro a la mejor
película en lengua extranjera.
El rodaje tuvo lugar entre agosto de 2003
y febrero de 2004. Tras comenzar con un
pequeño equipo trabajando unos pocos
días en Córcega, el comienzo
real tuvo lugar en París y en sus
alrededores. Más tarde se trasladó
a Bretaña y luego a la zona de Poitiers
para las escenas de las trincheras, acabando
en los estudios de Bry-Sur-Marne.
Además de todos los aspectos físicos
del rodaje, elementos de diseño y
preocupaciones de tipo cinematográfico,
el director decidió sacar partido
de lo último en tecnología
para recrear París entre 1910 y 1920
tan fielmente como se esforzó por
recrear las trincheras de la guerra de 1914-18.
Los avances en la tecnología digital
hicieron que esta ambiciosa empresa fuera
posible. No obstante, siguió siendo
necesario prestar una gran atención
al detalle durante el rodaje y la minuciosa
preparación. Los técnicos
de Duboi, expertos en efectos especiales,
estuvieron en el rodaje casi todo el tiempo.
Se rodaron numerosas escenas delante de
pantallas azules o verdes e incluso fue
necesario, a veces, tener topógrafos
en el rodaje para simplificar la adición
de diferentes tomas (reales o creadas digitalmente
en su totalidad) a la misma imagen durante
la posproducción.