En materia de amor y sexo existe un abanico interminable de posibilidades y las afirmaciones suelen temblar ante cada caricia. Un matrimonio de décadas no significa rutina sexual, aburrimiento, ni mucho menos. Incluso hasta en parejas de antaño el sexo puede ser una aventura constante.
Muchos especialistas coinciden en que el saber utilizar la experiencia –no sólo en materia sexual, sino también poniendo en práctica la conversación frontal y honrada con la pareja– permite descubrir ciertos aspectos de la sexualidad que no se conocían e incluso se puede abrir una ventana a una renovación infinita.
La recomendación es: hable con su pareja sobre los gustos propios y ajenos, sobre las necesidades y fantasías. A esta edad, muchas cosas pueden comenzar. Aprovechando, por ejemplo, la paciencia (contraria al apuro adolescente), tomándose su tiempo para acariciar, besar y abrazar. Comuníquese con el otro con gestos, movimientos, miradas, sienta la intimidad en todas sus formas, disfrútela.
Experimente, explore, indague, pregunte, libérese de los prejuicios, juegue con su pareja. Guárdese ese tiempo para dejar fuera las preocupaciones (no hable de ellas en ese momento). Esto lo ayudará a descubrir sensaciones que no conocía y no sólo en el aspecto sexual, sino ampliándose al terreno emocional.
El sexo es una forma de llegar a la plenitud, es una forma de sensibilizarse hasta el extremo. Evite ponerse serio durante esos instantes –lo que lo distraerá del verdadero sentido del momento–, diviértase, experimente, libérese...
Las formas de estimularse son tantas y tan variadas como personas hay en el mundo. Sin embargo, existe un grupo de personas que se anima por contacto visual, mirando películas eróticas, mientras que otras personas prefieren el estímulo por contacto, por ejemplo a través de masajes (cada uno tiene zonas particularmente sensibles).
Otros amantes se encienden leyendo relatos eróticos, así como también existen personas que se estimulan a través de la diversión. No saber qué hacer para encontrar la forma de acrecentar su apetito sexual no es un problema irresoluble. Muchas veces este problema se soluciona “practicando” y experimentando y otras veces es necesario la intervención de un sexólogo que lo ayude.
Es imprescindible aceptar y elaborar que el funcionamiento sexual (suyo y de su pareja) cambia en esta etapa de la vida. Si lo hace, podrá adaptarse en cuerpo y mente a esos cambios y mantener fresca y vital su vida sexual.
El momento de acudir a un profesional es cuando usted piensa: “no se qué hacer para mejorar”. En cuanto a los hombres, es normal la experimentación de erecciones más suaves, más costosas, aunque esto no signifique la necesidad de tomar viagra. De hecho, muchas personas no saben que es posible tener un orgasmo sin tener una erección y dar al mismo tiempo placer sexual a la pareja.
Fuente de información: La Época
Jueves, 09 de Septiembre de 2004 |
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