"Con combustible que le espera en su punto de destino, el cohete que parta desde la Tierra no tendrÃa que llevar tanto combustible y se podrÃa reducir el costo de su misión", añadió.
Hasta ahora, el desplazamiento de las naves espaciales ha sido empujado por combustibles en base a oxÃgeno o hidrógeno lÃquidos.
Pero ese combustible se agota y, cuando eso ocurre, en la mayorÃa de los casos el desplazamiento de las naves actuales ha continuado merced a la energÃa solar en algunos casos y la atracción gravitatoria de los planetas, en otros.
Para resolver el problema, los ingenieros de la NASA iniciaron en el desierto de Mojave (California) este año las pruebas de un cohete cuya base es el metano.
Ese trabajo es realizado por el Centro Glenn de Investigaciones y el Centro Espacial Johnson que desarrollan motores de metano como opción para el futuro.
Con una fuerza propulsora de poco más de 3.500 kilogramos el primer cohete de este tipo ya probado es demasiado pequeño para poner un artefacto en el espacio en órbita terrestre, o más allá, totalmente lejos de la fuerza de gravedad de nuestro planeta.
Sin embargo, si se logra adaptar la tecnologÃa a este tipo de motores, los cohetes impulsados por metano podrÃan ser clave en la exploración espacial del futuro, informó la NASA en su sitio de internet.
El metano también es mucho más seguro y barato que los otros tipos de combustibles.
Por ejemplo, el hidrógeno lÃquido que es el principal combustible de los cohetes que ponen en órbita a los transbordadores de la NASA debe mantenerse a una temperatura de -252 grados centÃgrados.
Por el contrario, el metano se puede almacenar a una temperatura mucho más "tibia" de -161,6 grados.
Eso significa que los tanques no necesitan tanto aislante y, por lo tanto, son más livianos y más baratos en el momento del lanzamiento.
Asimismo, los tanques podrÃan ser más pequeños porque el metano en estado lÃquido es mucho más denso que el hidrógeno, lo cual significa un ahorro económico y sobre todo menor peso.
Pero el atractivo mayor de este gas es que se puede "fabricar" mediante un simple sistema de mezcla de dióxido de carbono (CO2) e hidrógeno (H) cuyo resultado es metano (CH4) y agua (H20).
Según los ingenieros de la NASA, la atmósfera de Marte es rica en dióxido de carbono y la pequeña cantidad que se necesitarÃa para el proceso podrÃa ser llevada desde Tierra y recogida de los hielos marcianos.
Y si la nave del futuro se adentra todavÃa más en el sistema solar, no habrá problemas para encontrar metano y continuar el viaje.
Sobre la gélida superficie de Titán, la lluvia no es de agua tal como la conocemos en la Tierra, sino metano lÃquido.
Como resultado, esa luna está llena de lagos y rÃos de metano asà como de otro tipo de hidrocarbonos que podrÃan servir como depósitos de combustible del futuro.
Según la NASA, basta imaginar una nave con cohetes de metano que descienda sobre Titán, recoja muestras de su suelo, reaprovisione sus tanques con el abundante combustible que encuentre en la superficie y regrese a la Tierra con esas muestras.
Fuente de información: LaFlecha.net